Un libro naranja atravesó el salón de punta a punta e impactó en la estantería que estaba al lado de Sara.
-Pero ¿Qué coño haces?- le gritó a su novio.
-Estoy bloqueado, nena, no sé que escribir, y este subnormal no me inspira a nada- le contestó Solo mientras se tiraba en el sofá pesadamente
-¿Qué estás leyendo ahora?
Sara no tenía ningún interés en lo que leyese, porque no había leído más que una novela suya y le dio tanto asco que no volvió a leer otra. Así que volvió a fijar la vista en el ordenador mientras le dejaba hablando solo.
-Al imbécil de Bukowski, no creo que sea legal dar tanto asco con cada relato. Y venga ha hablar de putas, borrachos y desgraciados. Deberían desenterrarlo para meterlo en la cárcel.
Ella ni siquiera le escuchaba, soltaba un "Ajá" de vez en cada pausa para que pareciese que estaba escuchando.
-No se puede vivir criticando siempre lo mismo, parece una moda meterse con los desdichados. Métete con los violadores, drogadictos, asesinos, o incluso con los banqueros.
-Claro, cariño, tienes razón.
-No, si ya lo sé, pero parece que mi bibliotecaria no lo supiese. Si te pido que me des algo que me vaya a gustar, pues dame algo que yo crea que me va a gustar.
Se acercó a la estantería y recogió el libro. Después fue hasta la cocina y se sirvió un vaso de zumo. Era de supermercado.
-¿Ves a lo que me refiero? ¿Dónde está ese zumo recién exprimido que tomábamos antes?
Sara escuchó esto último y se dispuso a contestarle.
-Llevas sin escribir nada un año y medio, si por lo menos te dignases a trabajar en un periódico, o por lo menos de profesor, pero no, a la mierda el título de magisterio ¿Para qué? Si con escribir un par de libros me sobra. Sí, Solo, te sobraba. Ahora el único sueldo que entra aquí es el mío, y lo poco que te llega de la venta de tus libros. Nadie quiere leer eso, cambia de tema ya.
-¿Crees, Sara, que en un periódico iban a cuadrar mis relatos? Si en el colegio a veces les dicen a los niños "Para tal día tenéis que traer un trozo de periódico con un titular que os guste", entonces llega el niño y le dice al profesor "Me ha gustado este asunto porque habla sobre qué son los violadores y que hacen exactamente". Y con el odio que le tengo yo a los niños ¿Piensas que puedo trabajar en un colegio?
Ella se giró y puso sus ojos celestes en el vaso de zumo.
-¿Me traes uno?
Juan se levantó y le dio el suyo.
-Me voy a la playa, necesito pensar.
-¿Vendrás para desayunar?
-Puede.
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